Lo recóndito de su ubicación, la belleza virginal de su paisaje montañoso, las bajas temperaturas que se registran en invierno y un ambiente fresco todo el resto del año, han sido las principales atracciones de Constanza como destino turístico.
Aun después de atraparnos con estos encantos, queda algo más que descubrir: la belleza y brillantez de sus flores, que se producen en grandes cantidades en el Valle de Constanza y sus alrededores. Rosas, liliums, margaritas y girasoles, son algunas de las variedades de hermosas flores que se cultivan allí, dadas las condiciones ambientales propicias para desarrollarlas.
Con estos cultivos, que se hacen tanto en pequeñas dimensiones en los patios de los hogares como en plantaciones que producen en grandes cantidades, Constanza es el mayor mercado de flores del país y un infaltable proveedor para ocasiones especiales como San Valentín o el Día de las Madres.
Y he aquí una razón más para visitar a Constanza, un municipio de la provincia La Vega, a 1200 metros sobre el nivel del mar, que lo convierte en el más elevado del país.
El proceso de las flores. Muchas de las flores producidas en Constanza son cultivadas a partir de bulbos traídos de otros países.
En el Jardín Constanza, por ejemplo, se cultivan flores procedentes de Alemania, España, Israel, Colombia, Ecuador, Holanda, Estados Unidos y hasta de África.
Cada una de las especies requiere un tiempo especial para poder ser cultivada, e incluso algunas, como en el caso de los lilium, requieren ser congeladas durante tres meses hasta llegar a la fecha apropiada de su producción.
Cuando las flores están “en corte”, el proceso de recogida y empaque es siempre igual: los trabajadores se mantienen al acecho esperando que el color de la flor “asome”.
“En el campo siempre se está acechando el momento en que la flor asoma, pues tan pronto asoma el color ya comienza el ciclo de vida de la misma. A partir de ahí el trabajo es como una carrera de relevo: cortarlas, llevarlas al cuarto frío, empacarlas y finalmente llevarlas al local para venderlas, de manera que cuando el cliente las compre pueda exhibirlas durante ocho o diez días en su casa”, explica Julio Sepúlveda, propietario del Jardín Constanza, una de las industrias líderes en la producción de flores en la zona.
Vacacionar en Constanza. Es un lugar perfecto para desconectarse de la civilización sin sentirse muy forzado, porque la grandeza de la naturaleza y la sencillez de la vida en sus campos no dan otra sensación que no sea de libertad.
Además de conocer el lugar donde se producen las flores más bellas y diversas puede organizar un recorrido que abarque destinos ecológicos como el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo), la reserva científica Ébano Verde, el Salto de Aguas Blancas, el yacimiento aborigen de las “Piedras Letradas”, entre otras atracciones.
Jardín Constanza
Las flores mostradas en esta página son producidas en Jardín Constanza, una empresa dedicada al cultivo de flores que son distribuidas a través de sus tiendas, tres de ellas ubicadas en Santo Domingo y otra en Santiago.
Es una empresa familiar que inició en 1975 bajo la dirección del agrónomo Julio Sepúlveda. Es una empresa líder en el mercadeo de flores y cuenta actualmente con 30 hectáreas de invernaderos, distribuidos en cinco fincas que a su vez se ubican a diferentes alturas de Constanza.
En estos invernaderos se producen diversos tipos de flores. En orden de importancia, los tres principales productos son las rosas, liliums y gerberas, pero también se producen lirios cala, margaritas, gladíolos, alstromelias, aves del paraíso, mini claveles, entre otras.
También dedican atención especial a la producción de follajes como el smilax, la molucella y el romero, pretendiendo con esto ofrecer al cliente todo lo necesario para preparar un arreglo floral completo y bonito.
Via hoy.com.do
Comments are closed.